Ni médico, ni profesor, ni abogado, ni tan siquiera
futbolista, los niños de hoy quieren ser “youtubers”. Para los nuevos en este
tema, les diré que la “profesión” en cuestión consiste en subir vídeos a un
portal de internet llamado Youtube, e intentar conseguir el mayor número de
seguidores de tus grabaciones para así asegurarte miles de visualizaciones, y
de esta forma ganar algo, o mucho, de dinero.
Jóvenes a los que su talento, creatividad y
carisma a la hora de hacer vídeos, en su mayoría tratando, con grandes dosis de
humor, el tema de los videojuegos, les está convirtiendo en millonarios.
Hablando con sinceridad, hay que reconocer que ser
“youtuber” de éxito es más que rentable, de ahí que muchos de los jóvenes de
hoy en día quieran imitar a sus ídolos. Personalmente pienso que esta no es una
“profesión” a largo plazo. Los seguidores de estos genios de los vídeos caseros
son, mayoritariamente, jóvenes adolescentes que se divierten viendo y
escuchando estas grabaciones cargadas de humor, consejos y buena vibra. Pero no
olvidemos que todo está sujeto a la moda del momento, haciendo ésta cambiar
gustos, aficiones e incluso ídolos a los que seguir y admirar. Posiblemente
entonces, estos famosos “youtubers”, puedan ser reemplazados por sus seguidores
en favor de los que estén de actualidad en ese momento. No me gusta parecer agua fiestas, pero si quiero ser realista, ya que llegados a este punto tocaría
preguntarse, ¿y ahora qué? Esa es la reflexión que deberíamos de hacer entender
a los niños que piensen que ser “youtuber” es una profesión para toda la vida.
Es cierto que la incorporación de las nuevas tecnologías en
la vida de millones de personas, ha hecho que muchos hayan visto en su
explotación un medio de vida. Pero pensar que el boom de tus visualizaciones en
Youtube te va a durar muchísimos años, es de iluso. Por este motivo, un niño o
joven no debe dejar su formación académica para entregarse en cuerpo y alma a
esta “profesión”, bajo mi punto de vista, temporal. Más bien podrían ir ambas de
la mano. Todo ello para evitar que, su caída en el mundo virtual, sin el
paracaídas de la formación, no se convierta en su vídeo más visto.